Llegan las ballenas jorobadas: lo que debe saber sobre el avistamiento de ballenas en Bahía Solano
Cada año, entre julio y noviembre, tras una larga travesía, llegan al Pacífico colombiano.
El océano Pacífico, desde el departamento de Nariño hasta Chocó, se convierte entre julio y noviembre de cada año en el lugar donde las ballenas jorobadas, tras una larga travesía desde la Antártica y el sur de Chile buscan sus aguas cálidas para aparearse, dar a luz y criar a sus ballenatos.
Colombia posee inigualables destinos para avistar ballenas, tales como Bahía Málaga, Nuquí, Bahía Solano y los Parques Nacionales Naturales Gorgona y Utría.
Las ballenas jorobadas pertenecen al grupo de las ballenas barbadas, que se alimentan de grupos de crustáceos y pequeños peces. Para cubrir la cantidad de alimento suficiente utilizan diferentes técnicas: cuando hay grandes parches de alimento en la superficie, se sumergen para luego subir con la boca abierta y abarcar la mayor cantidad de alimento; otra técnica es mediante una columna de burbujas, generada por los orificios nasales, para acorralar peces permitiendo la captura de gran cantidad de alimento.
Las primeras ballenas en migrar hacia los trópicos son las madres lactantes, luego juveniles, machos maduros, hembras maduras y por último las hembras preñadas. Su velocidad durante la migración es de 8 a 15 kilómetros por hora.
El cuerpo de las ballenas jorobadas es robusto, tiene aletas pectorales extremadamente largas a diferencia de las demás ballenas, que llegan a tener un tercio del tamaño total del animal. La forma de su cabeza es ancha con una quilla central y una serie de tubérculos que se extienden también a la mandíbula.
Como dato curioso, el soplo de las ballenas consiste de tres elementos, vapor de agua que proviene de los pulmones, moco y agua de mar.
Las ballenas jorobadas utilizan un método de cortejo que es el canto, los machos solitarios emiten sonidos a modo de canciones y presentan comportamientos como saltos y golpes en la superficie con sus aletas pectorales.
Las ballenas no duermen de manera profunda y prolongada, debido a que la respiración es una actividad que requiere de conciencia y no de reflejo. Para descansar reposan muy cerca de la superficie y suben solo un poco para respirar, este comportamiento las vuelve más vulnerables al choque con embarcaciones.